Uno no se esperaría tal frescura, la casi curiosidad adolescente con las hermosas caras de Bill y Tom Kaulitz, las mentes y corazones detrás de Tokio Hotel. Ellos pasean por las decadentes habitaciones del Palazzo Biscuri, del siglo XVIII espléndido palacio en Catania, Sicilia donde tuvo lugar la sesión de fotos, casi dócilmente, como si ellos no quisieran molestar al "genius loci".
Considerando su éxito, con un millón de registros vendidos por todo el mundo (el más reciente, Humanoid, con la discográfica Universal, que ha salido exactamente hace un año), parecería natural para estos dos muchachos jóvenes - quienes han hecho tanto en una edad tan jóven - para dar todo por sentado. Y en cambio esto es solamente lo contrario: ellos parecen estar impresionados por encontrarse aquí. "Este palacio es magnífico, un tesoro artístico. No hay sitios como este de donde venimos," dice Bill con una risa ligeramente avergonzada.
Él se refiere al pueblo del este de Alemania Magdeburgo, donde el cuento de hadas de Tokio Hotel comenzó hace diez años. Ya a la edad de siete años, los gemelos Kaulitz tocaban la guitarra y experimentaban con looks extravagantes, que los hicieron destacarse como forasteros en la escuela. Tom estuvo obsesionado con Aerosmith y el guitarrista Joe Perry, mientras que Bill era un enorme fan de David Bowie y se fascinó con el talento transformable de "White Duke".
En la portada: Para Tom. Smoking y camisa, Lanvin; vaqueros DSquared2; zapatos Hey Day Footwear. Para Bill. Traje Lanvin; pajarita Franco Jacassi; joyería Sevan Bicakci; botas Rick Owens. Foto por Pierpaolo Ferrari. Redactor de moda Robert Rabensteiner.
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